UN SUPLICIO EN LA GUERRA




Todos llegan.

Todos dejan su voz de aullidos largos,

como pancartas deletreando heridas y apretando para acallar el aliento.

Todo se enmudece y el silencio traspasa la ventana tras las huellas de un viento enmohecido que pretendió romper la calma.

Afuera todo es muerte y siguen palpitando masacrados los restos humanos

Ya todo se esfuma, se ahoga hasta el silencio del agua con la angustia de remolinos en el pecho mientras los ojos se agrandan en este suplicio donde muere la voz y muere el llanto.

 

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