SE MANCHARON MIS MANOS

Se mancharon mis manos de barro y oxido tras la bruma...
Manadas de gaviotas dejan su dolor  con los graznidos, cruzando los raudales, mientras la tarde se pierde en el crepúsculo con olor a salitre y rumor de olas.
Y allí quedo en el desvelo.
Desvelando soledades a través de los cristales, imaginando cercanías para escucharte, mientras se caen de la cama mis sueños de madrugada.
El sol me sorprende al final de la alborada, mis ojos se nublan de llanto contenido, mi alma esta cansada sin voz  en el latido, mientras la arena recibe sus espumas.


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