Cuando sientas que ya no eres nada porque tu vida se estanca, porque ya no tienes sueños que agranden tu ilusión.
Cuando enmudeces y callando te deprimes por no tener las ansias y un mundo con sabor; Entonces solo entonces, es cuando debes continuar.
Caminar con el ímpetu de hacer tu vida un vendaval, un grito que vuelva con el eco de tu propia esencia y sin volver tu vista atrás.
No olvidar, seguir las huellas de las cosas buenas que tú vas agrandar, no olvides que la vida es eso, no otra cosa, un aletear, un vuelo de las mariposas, un vaivén que nos impulsa de nuevo al caminar, a volver a soñar, a ser libres como el viento, a no callar, a no caer en el silencio.
No olvides que en los caminos se encuentran piedras grandes, que al tropiezo nos dan sangre y nos enseñan mejor. Que una lágrima conmueve que una tristeza nos cala y que es bonito y sabroso cobijarnos cuando llueve, que es lindo vivir intensamente aprendiendo el caminar, el caminar seguro y con el ímpetu de llenar y no vaciar.
Tu lo has escrito de la mejor manera Gerardo, porque esa es la luz que guia nuestras vidas.
ResponderEliminarSolo me permito agregar que cuando se cierran los caminos y parece que todo esta perdido siempre queda intentar hacer feliz a las personas que nos quieren, y eso me parece un gran exito en nuestras vidas.
Un abrazo
Tienes razón Gerardo.
ResponderEliminarLa vida es un caminar entre tropezones, caídas y vuelta a levantarse para seguir con más fuerza, hermosas tus letras.
Un abrazo.
Ambar.
Que buen poema amigo pero que difícil es ese caminar yo aun no puedo hallarlo, y me estoy dejando llevar por el silencio, si ánimos de seguir adelante, que hermoso escribes como siempre es un placer volver a leerte.
ResponderEliminarBesos y cariños que tengas un bello fin de semana.