COMO PÁJAROS HERIDOS

Tal vez sientas dolor cuándo vuelen los pájaros heridos y dejen en el viento sus plumas color sangre.

Y es que así sentimos en la vida cuando llega la ausencia;  cuando llega el agravio o cuando llegan silencios donde el albur agujona recuerdos pasados que nunca cicatrizan sentimientos.

Y es que ha veces sentimos bruma y agua, y un olor a salitre que nos llega cuando el viento enrarecido lastima las flores que adornan los umbrales.

Cuando se nos acaba el tiempo mirando el paisaje desde los altos de una playa asediada por morteros cubiertos de barro, o desde la semblanza de gentes con máscaras , quedándonos con el sentir mágico que siempre llenamos de letras envueltas del recuerdo  que errante  deambula los senderos.

Cuando el sentir se hace amigo de mudeces, y estas se vuelven lejanas para luego trasformarse en terror y cautelas  que estremecen el llanto callado.

Porque el vaivén entre el sufrimiento y los pájaros heridos se hace insoportable y el levitar se atrofia en un viento imposible que estruja, mientras los pájaros heridos intentaran volar por siempre dejando atrás el dolor y el sufrimiento