En algún recuerdo te imaginé y sin ambages allí te vi desnuda. No pude retener mis manos y mis besos llenaron tu cuerpo de susurros.
Todo fue como un sueño atardecido paseando entre los bosques de aquel río, donde en sus aguas corrían mis ansiedades.
Sobre tu cuerpo mis labios endulzaron tu piel salobre de arenas y mis ojos se tornaron alegres con todo tu esplendor.
Todo fue como un sueño atardecido paseando entre los bosques de aquel río, donde en sus aguas corrían mis ansiedades.
Sobre tu cuerpo mis labios endulzaron tu piel salobre de arenas y mis ojos se tornaron alegres con todo tu esplendor.
Muy preciosos los poemas que acabo de leer, de los hijos muy tierno, emociona saber que son pedacitos de nuestro corazón, y este último, lleno de dulce amor.
ResponderEliminarGracias por tus letras.
Un abrazo.
Ambar.