El día se oscurece Con el paisaje de un crepúsculo mientras la luna contempla
entre el ocaso.
Desde un sendero, un caballo trota inadvertido buscando la pradera.
El día se hizo largo, pero murió, vertido entre las sombras.
Las montañas se pierden borradas en lo oscuro de la noche y mis ojos se encienden
al solo contemplar de las estrellas.
Allí en el silencio de las formas las palabras se dibujan, se adornan con el
crepitar de grillos y la intermitente luz de unas luciérnagas.
Desde el jardín hacia el riachuelo, un pasto muñido guía mis pasos, para escuchar
el sonido del arroyo entre las piedras dormidas de frío.
Los árboles reciben el reflejo de una luna incipiente, mientras los pájaros se
arrullan en su calentar de nidos.
Ya la luna cercana hizo transcurrir las horas y bañando de luz todas las cosas,
descubrió ante mis ojos la laguna; un paraje de agua/niebla bordeado de flores
en la orilla.
Ahora gira mi mente buscando el pensamiento, el querer compartir tanta belleza
en esta soledad donde no existes, donde te busco divisando espacios.
Allí me duermo. y mi sueño se inmensa en la natura salpicada de estrellas. A lo
lejos se oye un canto, ya la noche transita hacia la aurora.
Ya comienza el bullicio de las calles cercanas, en esta madrugada donde retumban
los pasos, donde se alejan las palabras por tanta oscuridad sin ver tus ojos.
Calles calladas bajo los trémulos embates del nerviosismo humano. Y allí te busco
o te adivino sumida en odiseas con temblor de manos.
La luna te busca entre la bruma y yo sigo su luz para encontrarte.
Pero amanece y detrás de la aurora el sol ciega mis ojos.
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